Atender a las necesidades de los niños y niñas afectados con lo en materia de agua y saneamiento, nutrición, salud, educación y protección.
El terremoto que tuvo lugar el martes 19 de septiembre de 7,1, según el Servicio Sismológico Nacional, tuvo su epicentro en el límite entre los Estados de Morelos y Puebla, ha afectado zonas altamente urbanizadas durante horas escolares y laborales, con consecuencias terribles.
Unicef tiene presencia permanente en México y tras el segundo terremoto ha intensificado sus esfuerzos y ha desplegado misiones de evaluación rápida en Ciudad de México, Puebla y Morelos.
En este tipo de desastres, los más pequeños son los que más sufren las consecuencias. Además de al terremoto y los posibles derrumbes, los niños se enfrentan a otras amenazas como quedar separados de su familia en medio del caos.
- Provisión de agua potable en las zonas más afectadas y de letrinas/baños portátiles y distribución de suministros básicos de higiene.
- Establecimiento de espacios amigos de la infancia, apoyo psicosocial y prevención de violencia y malos tratos.
- Apoyo a la campaña vuelta a la escuela: Establecimiento de espacios temporales de aprendizaje, distribución de kits de escuela en una maleta y de desarrollo de la primera infancia, formación de profesores.
Para proporcionar agua potable a 465 niños y niñas durante un año.
